06 febrero 2006

Lunes, 6 de Febrero, Aeropuerto de Santiago


Después de la rápida intervención de TURTRANSFER (gracias muchachos, no destiñan),
arribamos a la sección de embarque. Personas de 1,30mt. nos esperan en tenidas deportivas y lenguaje centroamericano (oye chico, parece que viene de un torneo de futbol). Después de deambular entre los asientos, si no es por el tipo que sella las maletas, no nos embarcamos a tiempo. Fue la voz salvadora, -"caballero en qué línea viaja"-, -"en Varig"- respondo, -"es esa fila de allá"-. Cuando nos volteamos a ver, la fila era más larga que la cola del pan. Hacemos la fila y la Ale intenta escabullirse en la fila de clase ejecutiva, buen intento, pero no resultó. Una vez listo el embarque me recorre la cosquilla en el estómago, ya quiero subirme, me carga esperar, pero antes está la tarjeta Entel. La idea que no me gustaba, terminó por convencerme, igual voy a ser beneficiario de ella. Cuando estamos OK, nos dirigimos a polizei internacional (siempre me ha dado una sensación extraña el pasar por ahí). El tipo me mira, yo no lo miro, teclea algo y revisa mi pasaporte, yo sólo miro sus manos, en la mitad de un segundo, finalmente nuestros ojos se entrecruzan y siento la mirada de la ley atravesándome y me hace recordar todos mis ilícitos de ciudadano, incluso los peores. Están llamando a embarcar.

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