
Algún día voy a escribir seriamente de la muerte.
La imponderable, la magnífica, la sublime.
Pensar en ella no es pensar en cualquier cosa, el asunto es que de un tiempo a esta parte se me ha presentado en forma de espectro por las noches.
Es la única forma que pueda explicar este mal dormir que me aqueja.
Muerte amiga, pasajera, imperdonable.
Muerte que algún día nos sentaremos a conversar frente a frente, compartiendo este mal café de oficina pública.
Muerte, compañera que estás caminando detrás de mi al acecho de convertirte en una mano asesina, en un imprevisto movimiento o genarándote en mis propias entrañas.
Muerte buena, muerte en paz, muerte alegre.
Aquí sentado te espero, aunque día a día te haga el camino más difícil, aquí te espero muerte socia, muerte amiga.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario